Artículos

 

A cargo de la Sra. Doña Margarita Morais Valle, presidenta de la Fundación Eutherpe.

Sr. Alcalde de la Ciudad de León, querido José Antonio, Corporación del Ayuntamiento, Cabildo de la catedral, párroco de San Marcelo, Policía Local que celebra hoy su Patrono, defiende y cuida de nuestra seguridad junto a todos los que trabajan con responsabilidad por nosotros, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, amigos leoneses.

Celebramos en este día la festividad de San Marcelo, protector de León. De él hemos recibido el ejemplo digno que recordamos con solemnidad cada ano y nos sigue acercando a la admiración de su persona después de tanto tiempo. Fue un centurión de la Legio Vil romana, que nació y vivió en León durante la segunda mitad del siglo I d. C. La tradición nos cuenta que se comportó de forma heroica y responsable; leal al Imperio Romano y de igual manera, más tarde, consagrado a los principios cristianos, no condescendió ni colaboró con el engaño, la falta de libertad y el vacío moral.

Marcelo, como un distinguido centurión, mantuvo la honestidad y el compromiso durante su vida con una personalidad que nos conmueve. Su conducta, corresponde a un corazón profundamente fiel que amaba y buscaba la justicia. Su vida, es una valiosa semilla que ha llegado viva hasta nuestros días y se propaga de corazón a corazón Dando fruto con una reparación beneficiosa y continua.

León, había sido asentamiento romano antes de la poderosa Legio VIl Gemina, creada por Galba en el año 68. En el Siglo III, después de haberse completado la conquista de Hispania, seguía  asentada entre nosotros y aquí mantuvo su larguísima presencia con gran poderío.

Los historiadores nos cuentan, que se celebraban las fiestas del nacimiento del Emperador Valerio en julio del año 298. Mientras los demás ofrecían sacrificios a los dioses, Marcelo, se quitó las insignias de su función yolas arrojó al pie de los estandartes, afirmando que era cristiano y que no podía seguir manteniendo el juramento militar, porque debía obedecer a Cristo. Fue conducido primero ante el gobernador Fortunato, quien le puso en manos del viceprefecto Aurelio Agricolano que tenía autoridad sobre España. En Tánger fue juzgado de forma definitiva y ante Agricolano, se le leyó el acta de acusación. El confirmó y acepto los hechos, por lo que rue decapitado el 29 de octubre de aquel año.

Sus restos mortales, recogidos en Tánger, llegaron a León el Sábado Santo de 1493 gracias al rey Fernando el Católico, el cabildo catedralicio y el concejo leones y se le dio sepultura en la iglesia consagrada a su nombre.

Aquellas personas que sufren falta de valor, compromiso y confianza, probablemente piensen que Marcelo perdió la vida porque era incauto, crédulo e ingenuo y que, en algunas situaciones delicadas o críticas por las que pasamos en la  vida, es preciso contemporizar, condescender, falsear o confirmar lo que otros deciden o hacen, creyendo que es mejor sumarse a un estilo de mayoría, sin reflexionar ni ventajas inmediatas. Responsabilizarse por sí, pensando que con este comportamiento podríamos lograr.

Entendemos que la voluntad de San Marcelo, por los hechos heroicos que las ambiciones deshumanizadas para no caer en el bullicio de las apariencias vanas y conocemos, fue encontrar senderos alejados de la confusión, del ruido, el engaño y de engañosas, ni de las palabras halagadoras y falsas, ni de las risas encubridoras de un vacío interior ¿Podemos enloquecer porque muchos lo hagan? Advertimos que, cuando nos alejamos de la verdad, al vivir sin pensamiento propio y capacidad de discernir, perdemos el juicio cabal, nos volvemos sectarios y a la vez, no asumimos los propios actos con madurez, culpando a los demás de nuestro desorden.

La fe cristiana había conquistado a Marcelo, primero en forma de palabra confidente, clandestina por recelo a las leyes del estado romano, en aquel momento y más tarde le fue transmitida por el Espíritu Santo, llenándole de ánimo y fortaleza. Sintió quizás que no habla valor comparable con la sabiduría y la paz que le llegaba de late y orientó su vida hacia la dignidad total según las enseñanzas de Cristo. Por su lealtad, logró otro tipo de victoria, que no siempre es reconocida ni valorada ni comprendida, pero que le permitió vivir en armonía y, alejado del temor, mostrarse coherente y libre.

Sabemos que León, es tierra de sabios, personas de bien. A sus ciudadanos les ha tocado en suerte llevar dentro del alma el amor a la verdad y cultivar todo lo que es Justo, amable y veraz, acogiendo cuanto se encuentra cerca de la bondad y la belleza.

Su voluntad busca senderos que les conduzcan por un futuro honrado y digno tal y como lo heredaron de sus antepasados por siglos.

Es tierra de Nobleza, sus gentes son silenciosas, reservadas y austeras. Observan, distinguen, aman su privilegiada historia y abrazan la vida que hay en ella con respeto casi infinito. Su amistad esta bañada en lealtad con apariencias sobrias y agradecidas.

Señores de la belleza en la que viven, desprenden esperanza y serena alegría.

León es tierra de futuro. Todo se construye sobre la certeza de que alcanzaremos cosas mejores en los días venideros. Nos espera un mañana que crear, una cosecha que sembrar, unos valores que ensenar, una fe que transmitir, nuevos proyectos que realizar. Solo nos exigiremos lo que podamos ser, pero esto lo haremos con la máxima responsabilidad, valor y energía, sabiendo que nuestra propia historia, va a ser la mas interesante de cuántas se puedan contar y que, aunque resulte breve y discreto, este relato será siempre cierto, con todos los éxitos y las noches de una vida.

​​​Feliz día de San Marcelo.

Salud, ánimo, voluntad de entendimiento para todos y muchas gracias.

Margarita Morais,

Presidenta de la Fundación Eutherpe y de la Joven Orquesta Leonesa.

León, dia 27 de octubre de 202